Palabras que apestan, personas que huelen a podrido; se tiene que hablar de ellos, viven como impostores; esperaron el momento para hundirse como barcos.
No aman a un dios, ni se aman entre ellos; padecen la enfermedad de vivir en la mentira.
No te puedo ayudar, no te quiero ayudar.
Sacaron lo peor, pelean contra las guerras; quieren sofocar las llamas con palabras combustible; asesinan las ideas, olvidaron la esencia, sofocaron la llama de su supuesta libertad.
Con la lengua desarmada crearon su propio dogma. No te puedo ayudar, no te quiero ayudar.